
Es explicable que la presidenta Claudia Sheinbaum haya solicitado a los dos coordinadores de Morena en las cámaras dejar atrás sus rencillas y operar con la unidad que necesita el proyecto de la Cuarta Transformación. La exhibición de los trapos sucios de Adán Augusto López, líder en la cámara de Diputados, y Ricardo Monreal, su equivalente en la de Senadores, constituyó la delicia de la oposición y de la prensa crítica. Al llamarlos a la concordia, Sheinbaum asume que la enorme responsabilidad que el Gobierno de México tiene por delante para responder a Trump 2.0 y el desafío de despabilar a una economía que tiende al estancamiento, no admiten desgastes innecesarios ni fracturas.