
Entro en el Museo Thyssen de Madrid para ver la exposición de Gabriele Münter. Una de las grandes pintoras del expresionismo alemán, que por fin se sitúa en pie de igualdad con sus compañeros masculinos. Ya desde los primeros cuadros que observo, como El desayuno de los pájaros, acude a mí el recuerdo de la casa donde Gabriele vivió con Vasili Kandinsky, en el pueblo de Murnau, que visité en el invierno del año pasado. Kandinsky fue su maestro de pintura y se convirtió en su pareja sentimental.