El primer ministro francés, François Bayrou, se propone formar un Gobierno antes de Navidad. Un Gobierno que dure más que el de su predecesor Michel Barnier, destituido por una moción de censura apenas tres meses después de su nombramiento. No lo tiene fácil. Su inicio de mandato ha sido complejo. Tras las tensiones y la sensación de improvisación que acompañó su designación, el nuevo jefe del Ejecutivo se ha enfrentado a una ola de críticas por la gestión del ciclón Chido en Mayotte, un archipiélago en el océano Índico que pertenece a Francia. El líder del partido de centroderecha Movimiento Democrático (MoDem) trata, pese a ello, de acelerar la formación de un Gobierno con el apoyo de los partidos moderados y con un estrecho margen de maniobra.